Description
“De su pelo rubio y pardo
sale un aroma tan dulce, que una tarde quedé perfumado,
por haberlo acariciado una vez,
nada más que una.”
C. Baudelaire.
PEQUEÑAS CONEXIONES ENTRE LO INMENSO Y LO INTIMO
La idea de país se forma con las pequeñas historias de su pueblo. Historias aceptadas, comunicadas y valoradas por su propia comunidad y que no siempre son los relatos épicos de reinas, gladiadores o importantes caciques. La raíz y la columna vertebral de las familias, núcleo básico de cualquier comunidad, son las historias pequeñas, que cuentan viajes, nacimientos, amores, fracasos, decisiones muy personales, etc.
Las casas y los recuerdos, están llenos de rincones, de objetos domésticos que hacen pensar en historias y de pequeños altares improvisados, donde se ve la apropiación de símbolos y sobre todo la simbolización de los deseos.
La identidad, es el plan fundamental de nuestra existencia. ¿Pero qué pasa si olvidamos, si no sentimos que podemos encontrar la propia, o si buscamos en los lugares equivocados (lugares estancos)? ¿Y si dejáramos de buscarla? La lógica, empieza y se basa en el principio de identidad: “Todo ente es idéntico a sí mismo, sino sería monstruoso”.
A veces la historia que trae cada pueblo, está contada desde la mirada, las teorías políticas, filosóficas y antropológicas, de los pueblos que se les han impuesto. Y muchas veces nos aferramos a una identidad que más que vernos como plurales y mutables, nos fija en una idea de un “nosotros” vacía de contenido.
Me propongo repensarme desde mi historia, con mis objetos y entorno; desde ese “nosotros” monstruoso y reconstruyendo un núcleo pequeño de mi comunidad: mi propio entorno familiar.